Lo primero que hizo el actor, fue ir disfrazado de ciego, clase por clase, anunciando la obra.
Para todos fue una gran sorpresa. Iba llamando a las puertas bruscamente, ayudado de un bastón para caminar. Recitaba una melodía pegadiza, anunciándonos que estaría a tercera hora en el salón de actos.
Siguiendo la tradición de los cantares de ciego medievales, pedía dinero, para comer o cualquier prenda de ropa.
Estábamos dando clase como todo los lunes, y nos quedamos sorprendidos al ver entrar al ciego con ropa vieja y rota dando golpes y voces.
A tercera hora como bien nos dijo, fuimos al salón de actos a ver la actuación. Seguía metido en el papel de ciego haciendo cosas repugnantes, pero a la vez graciosas.
Nos iba narrando historias con un tono de musicalidad, de las que nos iba enseñando a través de imágenes o dibujos.
Al finalizar la actuación, nos enseñó su verdadera identidad. Nos contó información sobre lo que nos había mostrado y cómo se ganaban la vida los ciegos en la Edad Media: pidiendo, robando y contando historias para ganar dinero.
Realizado por: Belén González, Ana Belén Pérez, Mª ángeles Pons y Carmen Jiménez.